Publicidad

perro con pene plastico
© The Sun

Tiró un palo para que su perrito fuera a buscarlo, pero regresó con un juguete sexual

La redacción

Publicado el Actualizado el

Glen Pinnion alucinó con el hallazgo de su joven Bull Terrier, un pene de plástico que el intrépido Steve no estaba dispuesto a soltar por nada del mundo. El 'camino de la vergüenza' hacia casa fue toda una aventura para los dos. 

Un hallazgo increíble

¿De dónde demonios ha salido esto? Hoy nos llega una de esas noticias que nos sacan una sonrisa por el increíble hallazgo de este joven Bull Terrier británico residente en la ciudad de Leeds. 

Glen Pinnion, un ciudadano inglés de 44 años que trabaja como guardia de seguridad, paseaba tranquilamente con su perro, como cada día, haciendo correr a su intrépido amigo a base de lanzarle piedras y palos para que corriese. En un momento dado, Glen le lanzó un palo a su mascota para que fuera a buscarlo, pero regresó con algo diferente: ¡un juguete sexual!

El hallazgo se produjo cerca de un pub de la zona. "Había un grupo de muchachos bebiendo fuera. Empezaron a reírse y a señalarlo. Me acerqué para ver qué llevaba y me di cuenta de que no era un palo sino un gran pene grande y flexible. Y él no quería soltarlo. Comencé a correr para llegar a casa lo más rápido posible", comentó sonriente este señor al diario The Sun.

Quitarle el pene, una misión casi imposible

En su camino a casa pasaron por delante de una funeraria, donde se cruzaron con varias personas que habían perdido a un familiar. Aquel grupo de personas alucinó cuando vieron lo que el perro llevaba en la boca. Glen no pudo más que disculparse avergonzado al pasar. 

Al llegar a casa, luchó con todas sus fuerzas por quitarle el falso pene rosa a Steve de la boca. El perro, terco como ninguno, luchaba con su dueño en el jardín de su casa para no perder su juguete. "No paraba de morderlo, así que cogí un par de bolsas de plástico, me las puse en las manos y traté de qu‫itárselo de la boca. No quería esa cosa en mi casa".

Después de algunos intentos, Steve por fin soltó su presa y dejó caer el pene. "Fue tan vergonzoso...", recuerda su dueño

 

No es la primera vez que Steve hace de las suyas. Y es que a este perro parece que le divierte cualquier cosa. Glen aún tiene presente otra vez que tuvo que llevarlo al veterinario porque se comió un colador. “También mordió una plancha, los marcos de las puertas, se ha comido sujetadores, calcetines y pantalones. Es muy cariñoso, pero no queremos fomentar su naturaleza amorosa, así que hemos guardado el juguete", finaliza divertido su dueño.

 

Escrito por: José Manuel Cano, periodista especializado en comportamiento y causa animal.

Fuente: The Sun

Más sobre...

¿Qué le ha parecido la noticia?

¡Gracias por tu opinión!

¡Gracias por tu opinión!

Comentarios
Comentar
¿Quiere compartir este artículo?