Los olfatos de los perros policías están tan bien entrenados que ellos son capaces de percibir incluso las partículas de olor más ínfimas. El 12 de agosto de 2019 tuvo lugar un sensacional e inesperado hallazgo en el muy transitado aeropuerto internacional de Frankfurt (Alemania).
Toda una heroína
Era un día como otro cualquiera, y las inspecciones rutinarias en la zona de aduana se sucedían. Hubo un momento de la jornada en la que aterrizó un vuelo procedente de Nigeria. Nela, perra de raza pastor alemán, comenzó a hacer su trabajo, oliendo por aquí y por allá.
De repente se aproximó en la cinta transportadora una discreta maleta hecha de tela. Y la actitud del animal cambió radicalmente. Había algo en su interior que despertó su atención poderosamente. Quedó petrificada, congelada. No se le movía ni un solo músculo; con su comportamiento estaba indicando que había algo en el interior de la maleta que había que descubrir.
Cuando un operario la abrió, aparentemente no había nada raro en su interior. Aparentemente... porque sí, había un puñado de joyas ¡y estas eran todas de marfil! Se trataba de productos de contrabando provenientes de la caza de elefante africano, algo taxativamente prohibido por la Convención de Washington sobre la protección de especies.
Un hallazgo muy complicado
El hallazgo se trató de un logro admirable por parte de Nela especialmente porque el marfil apenas tiene olor. Ella es solo uno de los muchos canes policía que trabajan en el aeropuerto de Frankfurt, un verdadero punto caliente en lo concerniente al tráfico de plantas, sustancias y animales ilegales.