El pitbull, llamado Nala, vagaba por las calles de Nueva Zelanda hasta que lo llevaron al refugio de Christchurch.
Además, estaba aterrada, sin saber bien donde se encontraba y sintiéndose totalmente perdida y asustada.
Una de las voluntarias del centro, Abbie Van Der Plas, se desvivió por Nala, pasando las horas junto a ella, hablándole e intentando crear un vínculo con el animal. Se podía pasar el día entero tumbada a su lado… Sin obtener resultados.
La voz que “despertó” a Nala
Con el paso de los días, Abbie comenzaba a desesperarse; no sabía que más podía hacer.
Pero, casi por casualidad, encontró la solución: su hijo. El pequeño Zach fue a buscarla al refugio y, en cuanto Nala escuchó su voz, las orejas del animal reaccionaron.
El niño, de 7 años de edad, se colocó junto al Pitbull, que rápidamente se acercó a él, desmontando de nuevo el mito, como en tantos otros casos, sobre el carácter del pitbull.
Una de las teorías sobre la recuperación de Nala es que antes vivía con una familia con niños, y que eso le llevó a recuperar la confianza y las ganas de seguir adelante.
Tras 7 años desde la publicación de las imágenes, esperemos que la perrita haya recuperado totalmente la confianza y que haya encontrado el lugar que se merece. ¡Bravo, Zach!