En diversas partes del mundo, parece repetirse una escena con notables similitudes.
En un estacionamiento, alguien se topa con lo que parece ser una caja, cubo o bolsa abandonados y, tras titubear durante unos minutos, decide averiguar su contenido, solo para descubrir una dolorosa realidad.
Una nevera abandonada
Esta vez nos tenemos que trasladar hasta el Condado de Hunts, en Texas, Estados Unidos. Una mujer caminaba por la calle tranquilamente cuando vio una pequeña nevera de playa a lo lejos.
La mujer abrió el refrigerador para comprobar su estado y acabó llevándose las manos a la cabeza: en su interior había nada menos que 9 cachorros de perro apilados unos encima de otros.
Se desconoce cuánto tiempo llevaban allí dentro, pero estaban cubiertos de orina y excrementos.
Los bebés estaban calientes y jadeaban, probablemente debido al calor y al estrés de estar hacinados en el recipiente.
Según el veterinario que los examinó, los cachorros tuvieron que ser colocados en la nevera unas horas antes de que la señora los descubriera, pues, de lo contrario, no habrían sobrevivido en estas condiciones.
Tras la indignación, un nuevo comienzo
Por suerte para los pequeños, esta vecina se cruzó a tiempo en su camino.
Al final, identificaron 5 machos y 4 hembras que, tras ser cuidados y atendidos, fueron dados en adopción a través de las redes sociales de la asociación, que se pronunciaba así sobre lo sucedido en octubre 2016:
"¡Esto casi me ha hecho perder toda fe en la humanidad! Alguien los arrojó a una cuneta y los encerró en esta nevera para dejarlos morir."
Esperemos que todos los peludos encontrasen el hogar que se merecen, y sobre todo, ¡que este tipo de noticias se repitan cada vez menos!