Hace unos meses un caso llamó la atención de los seguidores de la página de Facebook I Love Veterinary Medicine. Un bulldog de 10 meses de edad llegó a la consulta de un veterinario con una enfermedad ocular: ojo de cereza (cherry eye).
Este es un término popular utilizado con frecuencia para describir el prolapso de la glándula asociada a la membrana nictitante (también llamada tercer párpado) y se debe a una debilidad en las estructuras que fijan la glándula a su posición normal, según informaciones veterinarias publicadas por los profesionales de Clínica Ocular Veterinaria.
Asimismo, los veterinarios de la clínica citada sobre estas líneas señalan que esta enfermedad suele aparacer en animales jóvenes y es hereditaria de razas como el bulldog inglés (como el protagonista de este caso), cocker spaniel, lhasa apso y shar pei.
Tal y como señaló el profesional que compartió el suceso en Facebook, el único tratamiento posible es realizar una intervención quirúrgica para recolocar la glándula, una operación que, a tenor de los expertos señalados en este contenido, cuenta con ''un porcentaje de éxito muy elevado''.
From our direct. 10 month old M Bulldog. Came in for double cherry eye removal. I about had a stroke after looking at these nostrils. Guess how long he kept his tube in post OP😳
Posted by I Love Veterinary Medicine on Tuesday, August 16, 2022
Había un problema más allá del ocular
Sin embargo, lo que llamó la atención del profesional que atendió al bulldog no fue su enfermedad ocular sino sus fosas nasales.
El cánido pasó, a tenor del testimonio del profesional que lo atendió, mucho tiempo entubado tras la operación debido al tamaño de sus fosas nasales que le impedían respirar con normalidad. ''Estaban muy aplastadas y eran más estrechas que unas pajitas para beber'', comentó.
Cierto es que la mayoría de los ejemplares de esta raza sufren dificultad para respirar pues su ''cara chata'' (hundida) significa vías respiratorias aplastadas, aunque el caso que nos atañe hoy se sale de la norma; pues las fosas nasales del perro son muy estrechas y diminutas.
Asimismo los bulldogs suelen tener las fosas nasales más pequeñas que el promedio de cánidos de otras razas y a menudo presentan un tejido adicional en la parte posterior de la garganta, algo que las hace más diminutas.
El veterinario que atendió al perro no dio más información sobre el cánido. Solo subrayó su problema ocular y las complicaciones surgidas durante la intervención debido al tamaño de sus fosas nasales.
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