Los ladridos de un galgo llamaron la atención de un vecino de Argamasilla de Alba, un pueblo de Ciudad Real. El perro no se separaba de un pozo de drenaje, mirando hacia abajo y ladrando sin parar. Cuando el vecino echó un vistazo a lo que ladraba el galgo, avisó de inmediato a la Policía Local.
El galgo estaba alertando con sus ladridos de que en el pozo había otro perro y no podía salir de ahí. Fue necesaria la intervención del cuerpo de bomberos del Parque de Tomelloso dados los más de cinco metros de profundidad del pozo.
Pese a la altura, el perro no sufrió ninguna lesión, "aunque se hallaba muy debilitado", según informa el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba en su página web.
Quizá el perro estaba tan débil por el "evidente estado de desnutrición" de ambos galgos, "presumiblemente abandonados por sus dueños. No contaban con microchip identificativo", señala el comunicado del Ayuntamiento. Recordar que el microchip para perros es obligatorio en España.
Los dos galgos, una de las razas que más abandono y maltrato animal sufre en España, especialmente en las temporadas de caza, fueron entregados a la Asociación Protectora de Animales y Medio Ambiente (APAYMA).
El rescate tuvo lugar en la mañana del sábado 19 de noviembre. Nadie sabe el tiempo que pasó el perro dentro de ese pozo cuyo vallado perimetral de protección se encontraba en mal estado.
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