Tu perro, amigos y a echaros todos a la montaña. Un plan de domingo de ruta con raquetas de nieve en la que Thor acompañaba a su humana, Katerín, en Torrestío, situado en la comarca leonesa Babia en plena Cordillera Cantábrica. Pero en segundos el perro desapareció.
El perro mestizo salió corriendo detrás de unos rebecos (animal parecido a la cabra montés) en mitad de la nieve. Tanto su humana, amigos, como medio vecindario se implicaron en la búsqueda desde su pérdida, el 22 de enero. Nadie lograba dar con él.

Un montañero escucha a un perro llorar
La angustia era mayor según pasaban los días, hasta que un montañero le trajo un rayo de luz a Katerín. El hombre estaba de ruta por la zona el 5 de febrero cuando escuchó a un perro llorar.
Según cuenta la joven en stories destacadas de @elrebezo_albergue, el montañero intentó alcanzar al perro, pero las condiciones de hielo complicaban el acceso. Todos se pusieron manos a la obra para rescatar a Thor.
16 días soportando el temporal de nieve
"Salimos a las 8 de la mañana, esperando a que aguantase una noche más. Llevaba 16 días allí soportando el temporal de nieve", explica Katerín. El montañero se unió y condujo al grupo al lugar exacto, donde el perro estaba enriscado y le vieron por última vez.

"Tortillo –como le llaman cariñosamente – está vivo y solo sé llorar, todo el rato", dice emocionada Katerín en uno de los vídeos. La parte del grupo que iba más avanzada les anunciaba que Thor seguía con vida.
El perro estaba a resguardo en la mitad de una pared con varios metros de caída. Al verlo a lo lejos, le llaman, le silban y el perro intensifica su llanto. "Tranquilo, Thor, que ya vamos".

El perro se negaba a moverse
El rescate era complicado y el perro estaba bastante bloqueado, se negaba a moverse. Decidieron sacarlo por arriba con ayuda de un arnés y por fin se produjo el reencuentro. "¡Pero bueno! ¿Y este tipín que se te ha quedado?", le dice entre abrazos y besos Katerín a Tortillo.
"Estaba deshidratado y aunque le dimos agua y comida, se tiraba a la nieve". Parece que, gracias a que estaba bien alimentado, las reservas le vinieron bien esos 16 días perdido.
"Ya estamos en casa", suspira de aliviada Katerín que no cabe en sí de alegría. "Gracias a la gente que se preocupó. Arriba la gente buena". Arriba esa gente que da lo que sea por su amigo perruno.

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