La repartidora de paquetes Katie desafía el viento y el clima para entregar el correo a la gente de su vecindario a tiempo. Se lleva bien con todos, pero el perro Leo robó un lugar especial en su corazón.
Cada vez que Katie tenía que entregar un paquete en su casa, el corazón de Leo daba un pequeño brinco de felicidad. Emocionado, salió corriendo a buscar un abrazo y una caricia. Y el amor era mutuo.
Cuando el cuidador del perro falleció un día, Katie no dudó. Así es como Leo volvió a tener un hogar cálido y amoroso.
Katie contó con todo el apoyo de su familia. Al principio se preguntaron por un momento si el pitbull se llevaría bien con los otros perros, pero esas dudas pronto se disiparon.
Destinados a estar juntos
A los pocos días, Leo estaba completamente integrado. Su presencia se sentía segura y familiar para todos. Para sus nuevos hermanos de cuatro patas, parecía que el pitbull siempre había estado ahí.
Y su antigua familia se lo dio a su nueva dueña de todo corazón. Porque lo sabían: algunos encuentros están predestinados.
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