Todo comenzó cuando una pareja de Nueva York llegó a su clínica veterinaria con su gata llamada Lulu. Sin inmutarse, la pareja solicitó la eutanasia de la magnífica gata himalaya de 13 años.
La felina ya no usaba su arenero y hacía sus necesidades en la puerta de al lado. Una situación que sus dueños ya no tenían las más mínimas ganas de hacer frente.
Una segunda oportunidad para Lulu
Ante esta demanda totalmente exagerada y la buena salud de Lulu, el veterinario sugirió a los dueños que dieran a la gata para que pudiera ser atendida en el refugio SPCA del condado de Dutchess y darle a una segunda oportunidad al animal. Esto sucedió el pasado mes de diciembre.
Después de obtener la custodia de Lulu, el refugio descubrió rápidamente el origen del problema: "La razón por la que no estaba usando la caja de arena era porque tenía cálculos urinarios, una dolencia común entre los gatos, especialmente los de su raza, y el problema se resolvió con un simple cambio de dieta. Desde que está aquí, no ha tenido ningún problema con su arenero".
El director del refugio se encargó de señalar que espera que la triste historia de Lulu, a la que podrían haber sacrificado por nada, sirva de lección y demuestre a la gente que a veces las soluciones son más sencillas de lo que uno piensa: "Tu mascota no quiere dejarte, no te rindas hasta que hayas valorado todas las opciones para ayudarla".
Ahora que se empieza a contar la historia de Lulu, es muy probable que esta gata de carácter fuerte encuentre rápidamente un hogar. ¡Al menos es todo lo que le deseamos!
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