Aquel era un día de febrero (2019) muy frío en Quebec, Canadá, cuando una mujer escuchó un ruido en la ventana. Cuando fue a ver de quién se trataba, se quedó sorprendida e impactada con lo que descubrió.
Un gato totalmente helado
El corazón se le rompió al ver un gato naranja entre la nieve rascando como un desesperado en su ventana. De inmediato, llamó al refugio local One cat at a Time.

Los que la atendieron le dijeron que llevara al gato al veterinario lo más pronto posible y, sin dudarlo, la mujer se presentó a la media hora en la clínica con su peludo visitante.
El animal estaba muy enfermo, pero se portó muy bien y dejó que el veterinario lo examinase sin dar problemas.
Desafortunadamente, el diagnóstico no era muy alentador, pues no había muchas posibilidades de que el animal sobreviviera: había estado a punto de morir de frío si no hubiera llamado a la ventana de su salvadora pidiendo auxilio.
Un auténtico guerrero
Lo llamaron Aslan, como el león de las Crónicas de Narnia, por su espíritu de luchador. ¡Y el nombre le vino de perlas! El gato no se rindió y poco a poco comenzó a recuperarse.
Al ver lo sociable que era el gato, Marie —la voluntaria— pensó que seguramente estaba perdido y que habría una familia preocupada por ahí buscándolo por todas partes. Desafortunadamente, por más que buscó, no logró dar con ellos.

Pero dejando de lado esa parte triste de la historia, lo bueno es que Aslan, a día de hoy, está completamente recuperado y goza de la buena vida gatuna que se merece junto a su nueva familia.
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