Paul Spraggett, de 44 años, recordará siempre la visita que hizo al veterinario con su gatita la primavera del 2022.
Según revela Newsweek, este hombre de Stratford-upon-Avon, en Inglaterra, tuvo que acudir al veterinario en abril del citado año porque su gatita Berry había dejado de comer y beber.
50 gomas para el pelo
Al principio, el hombre de 40 años pensó que su animal de 2 años tenía bolas de pelo en el tracto intestinal. Sin embargo, una radiografía reveló la improbable verdad.
El veterinario y el propietario se sorprendieron al descubrir que la gata se había estado comiendo gomas para el pelo. Y no una o dos, no. En el estómago de Berry ¡había 50 gomas!
Las radiografías mostraron que la masa de las gomas estaba alojada entre el esófago y el estómago de Berry, por lo que la única solución era la cirugía.
Tres horas de cirugía para extraerlas
La gata fue sometida a una operación de tres horas para extraer los extraños objetos:
"Ninguno de nosotros había pensado en los riesgos que las gomas de pelo y otros objetos cotidianos similares podían suponer para nuestros cuatro gatos", explicó el propietario de Berry.
"Ahora tiene mucho más apetito. Creemos que ha tenido que estar robando gomas del pelo durante mucho tiempo, quizá unos 18 meses".