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bebe dormido y perro

Bebé se queda dormido y cae encima de su viejo perro: su reacción da escalofríos a los papás

Por Lorena Gómez Periodista

Publicado el

Los perros ancianos, a veces malentendidos y asociados a una personalidad irritable, encierran una naturaleza increíble y sabia. Sólo hay que ver el vídeo para comprobarlo.

El bebé se cae de sueño, literal

La relación entre los niños y los perros encierra detalles entrañables que guardarás en la retina de por vida. Hay muchas personas que son reticentes a la convivencia común y no sería la primera vez, ni desgraciadamente será la última, que un perro es abandonado cuando una pareja sabe que viene un niño en camino. 

Hay que desterrar prejuicios, pues lo único cierto es que los perros se convierten en los mejores amigos de los niños en su infancia. Solo hay que ver este vídeo para derretirse el corazón de tanto amor. Vemos a un pequeñajo al que parece que le ha llegado la hora de su siesta. No puede aguantar el sueño y está que se cae.

El animal, lejos de protestar, acepta con agrado convertirse en la almohada de su niño y aprovecha también para dormirse su siesta.

El vídeo, que suma casi 200.000 visualizaciones en Youtube, nos enseña la verdadera naturaleza de los perros mayores, a los que muchas veces se mal asocia con una personalidad irritable y malas pulgas.

Nada más lejos de la realidad, son seres bondadosos y pacientes, perros curtidos y sabios que entienden que las 'molestias' que les causa el niño son completamente inocentes. Una vez más, otra lección de vida para los humanos.

Los animales no solo promueven valores como la responsabilidad y la empatía, también potencian el razonamiento y las habilidades comunicativas de los más pequeños de la casa, especialmente si ambos se conocen desde una edad temprana.

Importante: la interacción entre un niño y un perro puede ser una experiencia enriquecedora, llena de momentos de alegría y aprendizaje mutuo. Sin embargo, es fundamental recordar que no se debe dejar a un perro y a un niño solos sin la supervisión de un adulto. Esta es una regla de oro que garantiza la seguridad y el bienestar de ambos.

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