Máxima crueldad a la vista de todos
La crueldad del abandono animal se esconde a veces incluso del propio ojo humano. Hay quien no repara en ello y también quien no lo quiere ver. Ocurre con demasiada frecuencia y las historias que hay detrás nos encogen demasiado el corazón.
Desgraciadamente, las noticias de abandono siguen llegando por decenas, aunque siempre hay algunas que nos entristecen con más intensidad porque ocurren a simple vista y se enmascaran en la rutina diaria de cualquier ciudad.
En esta ocasión nos trasladamos a Málaga, donde una protectora local, reportó el caso de Miliki, un precioso perro que se estaba dejando morir en las calles de la capital costasoleña.
Según contaron los voluntarios de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, este mestizo de Podenco fue encontrado vagando completamente solo por las calles de la ciudad. Era un perro completamente abatido. Caminaba triste y era evidente que lo habían abandonado, sin más. Podía decirse que era un perro vagabundo.
Alguien repara en su presencia
Por suerte, una persona con corazón se detuvo a observarlo y no tardó en darse cuenta de que nadie le reclamaba, por lo que decidió ayudarle poniendo su mejor empeño en ello. Al acercarse, el perro no se fiaba de él. Evidentemente, a estas alturas de la vida le era muy difícil confiar en los humanos.
Por ello, la única solución para atraparlo fue poner una pequeña trampa en forma de comida dentro de una jaula. Solo así, y después de varios días de vanos intentos, consiguió que entrarse y por fin pudo rescatarlo.
Una operación y todo el cariño del mundo para regalar
Ya en la protectora, los voluntarios se dieron cuenta de que el perro tenía rota la cabeza del fémur de su pata trasera izquierda, por lo que tuvieron que operarle y, por suerte, se recuperó sin que le haya quedado ningún tipo de secuela física.
Superados todos estos obstáculos, Miliki comenzó a dejarse conocer y se convirtió en un perro muy tranquilo y cariñoso.
¡Miliki fue felizmente adoptado!
Miliki fue rescatado de las calles allá por octubre de 2018. Los voluntarios cuidaron de él durante casi dos años, esforzándose por encontrarle familia, hasta que, en agosto de 2020, alguien se interesó por él. Esta es la viva imagen de la felicidad. Miliki con su nueva madre adoptiva.
Recuerda: en lugar de comprar, ¡adopta! En España hay miles y miles de perros que, como Miliki, esperan una segunda oportunidad de vida.