La historia que hoy contamos tuvo lugar en el año 2017, pero tal fue el revuelo que causó que aún merece ser recordada para concienciar a la sociedad sobre el respecto hacia los animales.
Después de pasar años con su familia, repleta de niños y de perros, Clover fue abandonada por sus dueños en una protectora con una excusa vergonzosa: ''la casa se les estaba quedando pequeña''.
Sin dudarlo y dejando sus escrúpulos en la calle de atrás, la pareja subrayó a los voluntarios de Rescue Dogs Rock NYC que dejaban allí a su perra porque se había vuelto demasiado grande para vivir con ellos.
La vida en el refugio no fue fácil
Cuando Clover llegó al refugio era una perra feliz que estaba acostumbrada a vivir con una familia cariñosa. Pero el estrés se apoderó rápidamente de ella, no era capaz de adaptarse a su nuevo hogar ruidoso y sobrecargado de perros.
"Los centros de acogida son lugares especialmente aterradores. Hay muchos perros, mucho ruido... Clover era una perra de familia, así que lo pasó mal", dijo un miembro del refugio.
En pocos días, Clover estaba muy estresada y no dudaba en agredir a otros perros. Era, según comentan los voluntarios, imposible ponerla al lado de otros congéneres. Sin embargo, con los trabajadores de la asociación era una perra adorable.
Pero lamentablemente su comportamiento no le trajo nada bueno e hizo que la pusieran en la lista de eutanasia varias veces.
Salvada de una muerte segura
El destino quiso darle una nueva oportunidad a Clover salvándola en varias ocasiones de la inyección letal. Nadie se atrevía a poner fin a su vida.
Finalmente, la perra fue a parar a una familia de acogida. Allí Clover demostró lo dulce y amable que siempre fue, era y será.