''Milagro'', así describen la hazaña de Finn desde los medios de comunicación holandeses. Finn es un gato holandés que sobrevivió 52 días dentro de una casa sin comida.
Quienes lo encontraron hace unas semanas, una familia que había comprado el inmueble en el cual el felino malvivía solo contaron la historia de superación del animal a viva voz tras avisar a las autoridades pertinentes del descubrimiento.
Un gato demacrado
Con aspecto demacrado, así encontraron los nuevos propietarios de la casa a Finn. ''Muy flaco, pesaba 2,6 kilos, y estaba muerto de miedo'', añadieron a los servicios de rescate que acudieron al lugar de los hechos nada más conocer la situación.
Afortunadamente y según publicó Infobae (haciéndose eco de informaciones vertidas por la prensa holandesa), el estado de salud del gato no era grave pero nadie comprendía cómo fue capaz de sobrevivir tantos días sin comer, concretamente 52.
Restos de papel en su estómago
Después de realizar el chequeo médico pertinente, los médicos aseguraron haber encontrado restos de papel en el estómago del felino. Supuestamente, las hojas obraron el milagro.
De acuerdo con el responsable de protección animal de Holanda, Dik Nagtegaal, el animal pudo beber agua durante los 52 días que estuvo solo en casa. “Debía de haber un grifo que goteaba en algún lugar y ahí pudo beber'', agregó Nagtegaal.
A la espera de encontrar una familia que lo trate como se merece, Finn se encuentra en un refugio holandés donde lo cuidan día y noche, aunque actualmente no admite demasiado contacto con los humanos.

Actualmente, Finn se ha convertido en toda una estrella de su país. Las personas que lo encontraron y dieron a conocer su historia fueron las mismas que crearon una campaña de crowdfunding para ayudar a pagar sus gatos médicos. ¡Y ya han recaudado miles de euros!
La policía holandesa no cesa en buscar al propietario del felino, quien podría enfrentarse a cargos de maltrato animal. No obstante y a pesar de la acusación popular, no está claro cómo llegó Finn a la vivienda puesto que desde el pasado mes de julio nada se sabe del presunto dueño del gato y propietario del inmueble.
Actualmente, los voluntarios del centro desean que Finn se recupere del trauma y coja peso (¡ya ha pasado de 2.3 a 3 kilos!) para que pueda ser dado en adopción a la mayor brevedad posible.