Jamie estaba profundamente dormido cuando Sarah lo vio por primera vez en uno de los refugios para gatos de la asociación de rescate animal RSPCA, situada en Australia. La joven se inclinó para verlo más de cerca.
Al instante, el minino se despertó y empezó a olerla. "Metí la mano a través de la ranura de la jaula y él me frotó con su cabeza mientras ronroneaba", contó Sarah a un medio local.
Su dueño tuvo que dejarlo atrás al ingresar una residencia de ancianos
Jamie, el gatito de raza birmano, había aterrizado en el refugio unos meses antes, cuando su antiguo dueño tuvo que dejar su casa para ingresar en una residencia de ancianos.
Nadie se había interesado en adoptarlo hasta ahora debido a su edad y sus problemas de salud. Hasta que conoció a Sarah.
"No se aparta de mi lado... Es muy cariñoso y le encanta restregarse en mis piernas". Desde que Jamie llegó a su nuevo hogar, no ha hecho más que dar amor y cariño a su "nueva mamá".
Cada segundo muestra lo agradecido que está de tener un hogar lleno de amor para pasar sus últimos años."Yo sabía que él me rescataría de mi soledad, y yo haría lo mismo por él", confesó la joven.
A pesar de su edad, a Jamie le encanta jugar con juguetes con su cuidadora, tiene corazón de cachorrito. Pero sin duda, lo que más ama hacer, es estar pegado a su dueña.
"Jamie necesita una dieta especial y tiene algunos problemas de salud. Me siento bien al saber que le estoy dando una vida feliz y cómoda durante el tiempo que le quede de vida", añadió la australiana a la descripción de su vida con su nuevo compañero felino.