Rachael Lawrence, de Braintree (Essex, Inglaterra), aseguró a medios de comunicación locales que reconoció el maullido de su gato por teléfono.
Aunque lo imponente de esta historia es que lo hizo tras llevar más de 8 meses buscando al felino que había desaparecido.
Todo ocurrió en el veterinario
Lawrence llamó al doctor para ver cómo se encontraba su otro gato, Torvi de 11 meses, que se había sometido a una intervención.
Mientras hablaba con el doctor, la mujer escuchó maullidos de fondo y preguntó si era Torvi el que maullaba, pero le dijeron: ''No, es un gato callejero que trajimos hace una semana''.
Horas más tarde y sin poder olvidar los gemidos que escuchó, Lawrence volvió a llamar a la clínica para decirles lo siguiente: ''Me molestaba porque reconocía el maullido''.
Y preguntó: ''¿es un gato negro con una mancha blanca en una de sus patas traseras?''
A lo que le respondieron: ''sí''.
Cuando fue a recoger a su otro gato, Lawrence llevó a la clínica fotos de Barnaby, al que sus cuidadores habían apodado Fatman.
Nada más verlo y antes incluso de enseñar las fotografías, la mujer sabía que tenía delante a su felino.
''Lloré, lloré mucho... Hacía ocho meses que no le veía'', afirmó Lawrence a los medios que se hicieron eco de su noticia.
E inmediatamente llamó a sus tres hijos para darles la buena nueva.
Juntos de nuevo

''Está de vuelta en casa, donde debe estar'', señaló su dueña que no dudó en asegurar que Barnaby y Torvi se llevan a las mil maravillas.
Sin embargo, Lawrence dijo que Barnaby está muy flaco, le falta pelo y tiene un montón de costras. ''Nada que con mimos y cuidados no se pueda solucionar'', apuntó.
Asimismo la mujer comentó que había pagado para que le pusieran un microchip a Barnaby antes de que desapareciera, pero "claramente no se hizo bien porque nunca pudimos dar con él''.