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perro durmiendo en su cuenco

Neville descansando sobre su cuenco

© Twitter ERUpstairs

Debido a su pasado, este perrito siempre duerme con la cabeza metida en el cuenco

Por Vanessa Parapar Periodista

Publicado el

Este mestizo no es capaz de descansar si no está cerca de su cuenco de comida. La razón de esta rutina parte el corazón a millones de personas. 

Neville, cruce de Jack Russell Terrier, es un perro con problemas de salud. A sus 12 años, apenas ve y está prácticamente sordo. 

Sin embargo, no son esos 'contratiempos' los que llaman la atención en la historia de este cuadrúpedo. 

Neville tiene una manía rara

Neville presume de tener una rutina, una manía; según señala su dueña, Susanne, en redes sociales, un tanto sorprendente: el perro no puede vivir sin su cuenco de comida cerca. ''Su comedero es tan importante para él que tengo que metérselo en la cama por la noche. De lo contrario, no se duerme'', asegura su cuidadora. 

Y añade: ''cuando siente que lo tiene cerca, se pone cómodo en la camita y apoya su cabeza en el cuenco''. 

Una conmovedora imagen que ha tocado el corazón a miles de personas vía redes sociales. 

La emotiva instantánea arrastra una triste historia de fondo, concretamente dos años antes de que Susanne adoptase a Neville. 

La mujer había visto al mestizo en la página web del refugio de animales local y se quedó prendada de él a pesar del estado lamentable en el que se encontraba el perrito. 

''Neville estaba completamente demacrado, descuidado y con los dientes podridos'', subraya su propietaria. 

Ella estaba decidida a llevárselo a su casa y cuidar de él hasta el ocaso de su vida. 

Nunca antes había tenido un cuenco 

Susanne esperó durante tres horas frente al refugio para que nadie le arrebatara a Neville. Cuando los dos se miraron a los ojos, fue amor a primera vista y el mestizo de 10 años (en aquel momento) pudo irse a vivir con su nueva ama.

Pero una vez en el hogar, surgieron algunos problemas. 

Primero Neville intentó comer la comida directamente del suelo o del cuenco del segundo perro de Susanne. Esta tuvo que enseñarle poco a poco que a partir de ahora él tendría su propia ración de comida y nunca más se iría a dormir con hambre. 

En el momento que Neville interiorizó que a diario recibiría su propia ración de comida, el perro comprendió que su cuenco era su posesión más preciada. Por eso se lo lleva a todas partes y le encanta dormir junto a él. 

 
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