La rocambolesca vida de Rocket, el gato que nació con dos patas
Mareen, una joven berlinesa, estaba dando de comer a varios gatos callejeros cuando un cachorro llamó su atención. "Había nacido sin las dos patas traseras. Tenía pocas semanas y era muy tímido cuando lo vi por primera vez.", relataba Mareen en Facebook. Cuando se acercó a él, de inmediato se escabulló.
Cuenta la joven que el pequeño felino era muy rápido. No obstante, ella no paraba de insistir. Acudía con más comida cada día hasta que, poco a poco, el cachorrito se abrió a ella. En pocos días, Mareen pudo atraparlo y llevárselo a casa.
Rocket, así fue bautizado, se movía bastante bien con sus dos patas. Podía caminar y usaba su cola como soporte y palanca. De hecho, cuenta Mareen que podía correr más rápido que algunos de los otros gatitos.
El primer día en casa fue un poco difícil porque no se sentía seguro en ese entorno desconocido para él. "Maulló toda la noche, pero le hice compañía y le hablé mucho", describió Mareen. En los días siguientes, Rocket decidió aceptar el cariño de su salvadora, salir de su caparazón y comenzar a demostrarles afecto.
"Comenzó a seguirme por todas partes y ronroneaba todo el tiempo". A Rocket le gusta ponerse boca arriba para que le rasquen la barriga, según su cuidadora. "Es perfectamente capaz de escalar, saltar y correr". Así es como Rocket se movía por la casa con sus dos patitas:
Una vida que muchos quisieran
Han pasado seis años desde que Mareen sacara a Rocket de la calle. Puede presumir de haberle dado una vida tranquila y feliz. Además, le ha dado la oportunidad de compartirla con dos congéneres: una hembrita llamada Gürkchen y un macho de nombre Flint.
El trío hace las delicias de su cuidadora. Así lo muestra en la cuenta de Instagram que les ha consagrado. En ella, se puede comprobar el alucinante crecimiento y estado de salud de Rocket, además de su obvio confort de vida: