Un paseo cotidiano entre el perro Opie y su humana dio un giro de guión inesperado. El animal escuchó un leve sonido que provenía de un arbusto. Su humana intentó tirar de él, pero Opie se quedó inmóvil como un pivote: algo estaba pasando.
La humana del perro decidió mirar entre los arbustos, quería saber el motivo por el que su perro se negaba a moverse de allí. Y Opie tenía razón. El sonido correspondía a un gatito blanco y negro que tenía solo unos días de vida.
Gatito abandonado y una amistad preciosa
Esta historia ocurrió en 2013. Al gatito todavía le colgaba el cordón umbilical. Estaba en muy malas condiciones. La humana de Opie se quitó la camiseta para envolver al minino y llevárselo a casa.
La familia de Opie lo llevó al veterinario donde le examinaron. Y ¿adivinas? Al final la familia del perro decidió adoptar al gatito. Durante días le tuvieron que alimentar con una jeringa y poco a poco se recompuso.
A las dos semanas, por fin abrió sus ojitos. Y desde entonces Roscoe, que así llamaron al gato, vive feliz en esta familia. De hecho, Opie y él son amigos inseparables.