Elliot, el bebé de esta historia, tiene una compañera peluda desde que nació. Cuando Brianna Figueras, la mamá de Elliot, lo llevó a casa tras varios días en el hospital, supo de inmediato que Gemma, su pitbull rescatada, lo estaba esperando con los brazos abiertos. Objetivo: ¡convertirse en su niñera y romper los amargos estereotipos que arrastra su raza canina!
A pesar de la mala reputación que acompaña a esta raza desde hace años colocándolos como uno de los perros más agresivos que existen, son muchas las personas -como Brianna- que apuestan por darles la oportunidad que se merecen. Adoptándolos para dejarles entrar en su vida sin condiciones.
Amor de madre
Según el testimonio que Brianna comparte a diario en su cuenta de Instagram, Gemma demuestra día tras días que es una perra cariñosa y cargada de amor. La enorme pitbull se deshace dándole amor a Elliot desde el primer día. Una romántica tendencia que sigue in crescendo a medida que pasa el tiempo y el niño crece.
Desde que Elliot dijo sus primeras palabras y dio sus primeros pasos, Gemma estuvo ahí para él. La perra ha sido prácticamente una niñera para el pequeño: lo ayudó a gatear para subir escaleras, lo protegió de posibles caídas del sofá y siempre le regaló su amor y su compañía. Algo que sigue haciendo... A ella que Elliot se está haciendo mayor no le importa demasiado.
Sin embargo, su relación de amor es cosa de dos. Elliot también ha hecho mucho por Gemma. La baña, le canta, la acaricia todo el tiempo y es su fiel compañero de aventuras. La perra y el niño son la pareja perfecta y su relación es hermosa.
Tener la oportunidad de crecer con un perro es algo excelente para todo niño, pues de esa manera aprenden sobre la compasión, la lealtad y la responsabilidad desde muy temprano. ¡Esta relación es única en el mundo! Si no nos crees, ¡pregúntaselo a Elliot y a Gemma!
No importa los años que hayan pasado desde el primer momento que cruzaron sus miradas ya que Elliot siempre seguirá siendo el bebé de Gemma.