Los gatitos de esta historia fueron abandonados, como también le sucedió a estos, con solo unas semanas de vida pero, afortunadamente, fueron rescatados por Lost Dog and Cat Rescue Foundation, un refugio de Virgina (EEUU). Los dos tenían anomalías congénitas en los ojos...
Un operación complicada

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Jen es el nombre de la mujer que salvó a estas dos criaturas. Primero a Bob, el más anaranjado de los hermanos gatunos, al que encontró unos días después de que lo sometieran a una intervención para extirparle los ojos debido a una concidición llamada microftalmia: una enfermedad ocular poco común, por la cual los ojos del gato son muy pequeños y no se forman correctamente.

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Lo más probable es que Bob fuese ciego desde que nació debido a esta malformación y, a pesar de que no pudieron salvar sus ojos durante la operación, al menos el minino salió airoso de ella, contra todo pronóstico.

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A pesar de que todo había ido bien, Jen no paraba de pensar en el hermanito de Bob: Boop, que también sufría una anomalía; una malformación de los párpados, por la cuál requería de cuidados más delicados por parte de sus dueños, además de intervenciones quirúrjicas varias.

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Jen no perdió la esperanza y volvío al refugio para encontrar a Boop y hacerse cargo también de sus cuidados…

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Los hermanos reunidos de nuevo

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Jen pudo volver a reunir a los dos gatitos, que no se separan desde entonces. Se complementan y se cuidan el uno al otro y, a pesar de sus problemas oculares, son mininos cariñoros que han aprendido a llevar una vida normal. ¡Son adorables!

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El vídeo y las fotos más tiernas de Bob y Boop:

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Escrito por: Jade del Arco, periodista especializada en arte y traductora.
Fuente: @pokeypotpie