El día que llevaron a Emu a la clínica para dormirlo definitivamente, el veterinario se quedó con el animal y decidió llevárselo al evento del Día de la Adopción de Sidewalk Specials, una organización benéfica de animales de Cape Town (Sudáfrica).
A partir de entonces, la vida de este pobre perrito cambiaría para siempre.
Un merecido golpe de suerte
Y es que en aquel encuentro dedicado a la adopción, el can encontró una casa de acogida en la que vivir hasta que el doctor terminase de curarle todas sus heridas físicas y mentales.
Al principio, el perro mestizo estaba muy nervioso, pero cuando comenzó a darse cuenta de que sus nuevos amigos humanos estaban ahí para ayudarle por primera vez en su vida, decidió romper su coraza.
Emu adora la atención y las caricias. Según contaron para el medio Sidewalk Specials, no resultó fácil sacarlo adelante.
Sus nuevos amigos humanos decidieron llamarlo Nutzie. El can compartió hogar con un hermano peludo llamado Sahara, de quien se hizo inseparable.
Muchos abuelos esperan ser adoptados
Tras la adopción, nuestro protagonista de hoy se convirtió en un perro feliz y sano, con una familia que supo cómo valorarlo y cuidar de él.
Historias como esta nos recuerdan la importancia de adoptar perros callejeros, mestizos y mayores, que, por desgracia, se vuelven invisibles para muchos futuros cuidadores.
En el siguiente vídeo puedes ver la asombrosa transformación de Emu.
¡Esperemos que Nutzie (Emu) siga tan lozano y cuidado como en las fotos!