Interpretó a una prostituta menor de edad en 'Taxi Driver' junto a Robert de Niro, brilló como agente del FBI en 'El silencio de los corderos' y también en otras muchas otras películas. Jodie Foster, de 62 años y ganadora de dos Oscar, es también una directora y productora de gran éxito.
En su vida privada, sin embargo, las cosas no siempre fueron tan bien para Foster. De hecho, sufrió ailurofobia durante la mayor parte de su vida, desde que tenía 10 años.
¿Por qué Jodie Foster tiene miedo a los gatos?
El miedo a los gatos es una de las fobias más comunes y mucha gente la padece. Se dice que incluso Alejandro Magno, Julio César y Napoleón tuvieron sus problemas con las patas felinas. En el caso de Jodie Foster, sin embargo, hay un suceso clave detrás.
En 1972, fue atacada por un león durante su primera película en el cine, 'Escape into the Wild'. Las cicatrices aún son visibles en su cuerpo. La experiencia dejó a la niña, que entonces tenía 9 años, gravemente traumatizada.
Jodie Foster: "Casi me come un león"
Tras una alocada escena con Foster, el león se soltó. "Lo llevaba un miembro del equipo con una fina cuerda", explica Jodie Foster. Cuando se alejaba de él subiendo una colina, el león la agarró por detrás con sus colmillos, la tuvo de lado en la boca y la zarandeó. Todo el equipo huyó despavorido.
El adiestrador del león llegó corriendo y gritó: "suéltala", cosa que el gran felino hizo. Pero entonces Foster cometió un error: salió corriendo. Esto despertó el instinto cazador del león. Corrió tras ella y finalmente la empujó al suelo. Por suerte, Jodie Foster fue rescatada en el último segundo.
Jodie Foster y los gatos
Sin embargo, cuando se trata de gatos domésticos, la ganadora de dos Oscar parece tener sus miedos bajo control. En una entrevista, reveló que, aparte de su perro, también tuvo un gato en casa.
La "enfermedad generalizada" de la ailurofobia
Se calcula que alrededor de 15 millones de personas en todo el mundo padecen miedo a los gatos. La ailurofobia (en griego "ailuros" por gato y "phobos" por miedo) también se conoce como aelurofobia, elurofobia, felinofobia o gatofobia.
Los pensamientos de miedo no suelen girar tanto en torno a los gatos en sí, sino más bien a las patas de terciopelo con determinadas características, como gatos con un color o un patrón de pelaje particular.
Además de las experiencias traumáticas, la fobia a los gatos también puede deberse simplemente a la superstición.
Otros posibles motivos que se barajan son el deseo sexual reprimido o el miedo a las mujeres.
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