El volcán siciliano Etna sigue fascinando a los visitantes de todo el mundo. Organizar una excursión a este volcán, aún activo, es imprescindible para muchos.
Sin embargo, para esta joven excursionista y su fiel compañero de cuatro patas, la ruta por la ladera sur se convirtió inesperadamente en una pesadilla hace unos días.
Comienza una carrera contra el tiempo
Tanto al joven como su perro cayeron cuatro metros de profundidad en la denominada grotta dei pastori erranti, la "gruta de los pastores errantes".
El centro de coordinación del servicio de emergencias 118 de Catania dio la alarma de inmediato. El Servicio Siciliano de Rescate de Montaña y Cuevas (CNSAS) movilizó a varios equipos especializados para una de las operaciones de rescate más difíciles del año.
Con ayuda del equipo especial de rescate en cuevas, los rescatistas se abrieron paso en el peligroso tubo de lava. Cada movimiento debía ser preciso; un error podría costarle la vida a alguien. El complicado rescate de la cueva volcánica, llevado a cabo mediante sistemas especiales de cuerdas y camillas, duró más de dos horas.
Un milagro
Cuando dieron con el perro, estaba completamente ileso: no le detectaron ningún hueso roto ni rasguño. De hecho, ni siquiera se encontraba en estado de shock, a pesar de la caída.
"Es realmente un pequeño milagro", comentaron más tarde los experimentados expertos en rescate sobre la increíble integridad del cánido. Tanto fue así que el perro pudo salir de la gruta por su propio pie.
Traslado en helicóptero a la clínica
Tras el exitoso rescate, los socorristas trasladaron a la excursionista herida al helipuerto del Refugio Sapienza, a 1 910 metros de altitud. Allí esperaba ya un helicóptero de rescate que la llevó de inmediato al hospital.
Su compañero de cuatro patas, sin necesidad de asistencia o tratamiento algunos, pudo regresar al valle con los efectivos de la Guardia di Finanza.
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