"Al que ha hecho esto lo dejaba yo atado en el desierto, ¡qué poca vergüenza!".
Era el comentario de un hombre al ver la escena. Habían dejado a un perro atado en la puerta del Alcampo a más de 30º C en Granada: nadie sabe qué hacer y el animal termina en la perrera.
Abandonan a un perro a más de 30 grados en la puerta del Alcampo de Granada
"Cuando llegué, observé mucho revuelo. Había un grupo de gente mirando, entre ellos el hombre de antes. Me asomé para ver qué ocurría. Era un cachorro amarrado en plena puerta del supermercado", comenta Miriam en declaraciones a Wamiz.
En esa escena también se encontraban los guardias de seguridad.
"Me acerqué a hablar con ellos y según me contaron que el perro llevaba allí desde el mediodía –eran las cinco de la tarde –. Al parecer lo había dejado atado un hombre que vive en la calle, que suele ir a pedir allí".
El sintecho decía que alguien se lo había dado en la Estación de Autobuses de Granada. Si no daba señales en una hora, llamarían a la policía local para ver si el perro tenía microchip.

El perro estaba atado a la sombra y los guardas le fueron refrescando con agua esas horas. "Estuve un rato con el perro. En cuanto me agaché se volvió loco de contento. No paraba de lamerme las manos y solo quería jugar", comenta Miriam. "Se veía que era un cachorro y aparentemente bien cuidado. Solo se le veía la nariz un poco seca".
En esa espera, Miriam avisó a los particulares y asociaciones de rescate animal que conocía. Pero nadie podía hacer nada en pleno verano: estaban hasta arriba de perros y gatos que abandonan en estas fechas. La impotencia crecía por momentos.
Al final no le quedó otra que llamar a la Policía Local. Todos sabían el final de esa llamada, sin embargo, como les dijo una de las asociaciones a Miriam "es preferible que pasen por la perrera. Es la única forma en la que se contabilizan legalmente el número de animales abandonados, así queda registrado".

Logran dar con el cachorro: está en la perrera y ¡lo sacan de allí!
Los hechos ocurrieron el 29 de junio de 2020. Los días posteriores poco se supo del perro. Miriam no podía quedarse allí más tiempo ese lunes. Sabía que llamaron a la Policía y que el perro no tenía chip: se lo llevaron a la perrera.
Finalmente, Miriam recibió un WhatsApp de la asociación Por Patas de Granada junto a una foto del perro, visiblemente contento. "¡Fue una alegría enorme saber que estaba bien!", cuenta la joven.
Afortunadamente, no tuvieron que esperar demasiado para que Turbo fuese adoptado por una familia aquel mismo verano.