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El gato de Ana Frank

¿Qué pasó con el gato de Ana Frank?

© Anne Frank House

¿Qué pasó con el gato de Ana Frank? Nombre, historia y final de su amado felino

Por Luis Piqueras Ferriz Redactor | Traductor

Publicado el

Su felino es un ejemplo de los pequeños rayos de esperanza en la vida de una niña que involuntariamente se vio arrastrada a los horrores de la guerra. ¿Qué pasó con el gato de Ana Frank?

Ana Frank es una de las figuras más famosas de la Segunda Guerra Mundial. Su diario, el Diario de Ana Frank, ofrece una visión única y conmovedora de la vida durante esta era oscura de nuestra historia.  

Pero mucha gente no sabe que Ana también tenía un gato. El felino jugó un papel importante en su vida, especialmente durante la época en que la joven tuvo que esconderse.

Pero, ¿qué pasó con el gato de Ana Frank tras los horrores del holocausto?

¿Ana Frank tenía un gato?

La familia Frank era de origen judío y vivía en Frankfurt antes de mudarse a Ámsterdam para escapar de las crecientes leyes antijudías en Alemania. 

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La familia estaba formada por el matrimonio Edith y Otto Frank, y sus hijas Margot y Anne. Como muchas familias de la época, los Frank también tenían un gato. 

Además de ser animales de compañía, los gatos también servían para fines prácticos, como cazar ratones. El amor de Anne por los animales nos ha llegado a través de su relación con su gato.

Moortje: más que una simple "mascota" para Ana Frank

Antes de trasladarse a su escondite, Ana llevaba una vida relativamente normal. Pasaba sus días con amigos, iba a la escuela y disfrutaba del tiempo con su familia. 

En aquellos días de felicidad, el animal jugó un papel importante en la vida de la pequeña. Anne tomaba a menudo fotografías de Moortje, que luego colgaba en su habitación

Algunas noches, la familia se sentaba junta en el salón, con el felino siempre sentado al lado de Anne.

¿Qué pasó con el gato de Ana Frank?

En 1942, cuando el peligro para los judíos en Ámsterdam se hizo insostenible, la familia Frank se vio obligada a esconderse en el famoso "anexo secreto". 

Este cambio abrupto y drástico significó dejar atrás no solo su hogar, sino también a seres queridos, entre ellos, el gato de Anne.

Para Anne, la despedida de su gato fue una de las partes más dolorosas de su transición a la clandestinidad. En su diario, Anne a menudo expresaba su profunda tristeza y culpa por haber dejado atrás a su amado gato

La imposibilidad de llevar al animal con ellos al escondite era evidente; esconder a un animal en esas circunstancias habría sido demasiado arriesgado y complicado.

Su culpa y pena por dejar al felino reflejan una humanidad profunda, incluso en las circunstancias más inhumanas. 

A pesar del miedo y la incertidumbre que caracterizaron su vida en el escondite, Anne conservaba recuerdos cariñosos de su gato y albergaba la esperanza de un futuro mejor donde pudieran reunirse.
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¿Cómo se llamaba el gato de Ana Frank?

El gato de Ana Frank se llamaba Moortje. En El diario de Ana Frank, la joven menciona a Moortje con cariño. 

Durante su tiempo en el escondite, Ana también mostró afecto por el gato de la familia Van Pels, llamado Mouschi.

¿Qué pasó con el gato de Ana Frank después de la guerra?

Después del trágico fin de la familia Frank, el destino de Moortje quedó envuelto en misterio durante mucho tiempo

Algunos vecinos de la familia Frank recuerdan haber cuidado a Moortje durante la guerra. Los informes sugieren que, tras el arresto de los Frank, los vecinos pudieron haber asumido la responsabilidad del gato.

Moortje, en este contexto, representa la conexión emocional y afectiva que los animales pueden ofrecer, incluso en los momentos más oscuros de la historia.

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