Tiffany

Es un gato dulce y afectuoso que adora las caricias y los mimos.

No es el más juguetón de los gatos, pero siempre se apuntará a su sesión diaria de juegos para dar rienda suelta a toda su energía.

El Asian Longhair sabe permanecer en calma cuando así lo desea, heredando este rasgo del carácter del Persa.

Curioso y activo con moderación, de vez en cuando disfruta descubriendo nuevas fuentes de estímulos.

Se lo conoce por ser muy sociable, se adapta muy bien a los desconocidos si la presentación es agradable.

Al Tiffany le encanta la presencia de los humanos con los que convive, pero también aprecia los momentos en solitario.

Como su primo el Burmés, no dudará en hacer uso de su maullido para llamar tu atención.

En cuanto a sus necesidad de ejercicio físico, este gatito se sitúa en la media. Dos sesiones diarias de juego con su dueño lo mantendrán en buena forma.

Es un felino que se adapta perfectamente a la vida en un apartamento, pero también en una casa con jardín, donde podría dejarse tentar por las aventuras en el exterior.

El Asian Longhair puede compensar la falta de atención o estímulos comiendo más de lo debido.

Una presentación debidamente hecha será una garantía de que la convivencia entre el Tiffany y sus semejantes sea agradable.

Si ha socializado con la especie canina siendo un gatito bebé, podrá tener una bonita relación con un perro e incluso compartir momentos de juego… ¡cuando él lo decida! Es necesario facilitarle espacios en lo alto para que pueda refugiarse cuando no esté de humor para interactuar con el perro.

Interactúa con gusto con los niños si estos últimos respetan sus momentos de soledad y tranquilidad.

Es tranquilo y juguetón al mismo tiempo, por lo que sabrá valorar la compañía de una persona tranquila que le aporte gran cantidad de actividades estimulantes para mantenerlo distraído entre sesiones de juegos y mimos.