Sokoke

Este gatito, que suele pedir la atención de sus humanos con frecuencia, sabe ser mimoso cuando él así lo decide.

Es muy rápido y ágil, las sesiones de juego intensas son indispensables para guardar el equilibrio de este felino.

Es de naturaleza curiosa y muy activa, por lo que el African Shorthair preferirá buscar la interacción a permanecer quieto.

Es vivaz e inteligente, su sentido agudo de la curiosidad podrá llegar a sorprender a cualquiera.

Aunque es independiente, su curiosidad y su inteligencia hacen que sea perfectamente capaz de adaptarse al contacto con nuevas personas. Es primordial dejar que sea él quien decida cómo y cuándo acercarse a los nuevo humanos que entran en su entorno.

El Sokoke es un gato independiente. Si cuenta con los estímulos y actividades pertinentes para satisfacer sus necesidades de ejercicio y entretenimiento, tolerará sin problemas quedarse solo.

Su maullido, especialmente intenso, posee una tonalidad peculiar y rica en modulaciones. ¡Sin duda otra característica que añade exotismo a esta bonita raza!

Su cuerpo longilíneo y sus patas alargadas y robustas hacen de él un excelente saltador y corredor, por lo que su necesidad de estirar sus patitas a gran velocidad y trepar será muy alta para así consumir sus altas dosis de energía.

Tiene un corazón de explorador, por lo que su curiosidad puede empujarlo a querer descubrir nuevos horizontes… o lo que es lo mismo: puede llegar a fugarse si se le presenta la oportunidad.

Es un gato muy activo y, por tanto, de buen comer. Será indispensable regular y controlar sus raciones de comida diarias. Para ello, un buen método es servirle su alimento en boles interactivos con los que tenga que jugar para obtener comida, por lo que se mantendrá activo a la vez que ingiere una cantidad de alimento adecuada a un ritmo pausado. 

El African Shorthair puede aprender a convivir junto con otro gato si sus dueños toman el tiempo necesario para presentarlos de forma gradual y positiva. Además, será necesario que su hogar cuente con plataformas a diferentes alturas para que ambos mininos puedan aislarse cuando así lo deseen.

Es un felino juguetón y muy activo, por lo que puede llevarse a las mil maravillas con un perro. Para ello, habrá que socializar a ambos animales y acostumbrarlos de forma gradual a la presencia del otro. Como ocurre en la convivencia con otros gatos, el Sokoke deberá contar con espacios en lo alto para guardar las distancias con su amigo canino cuando así lo considere necesario.

Activo y curioso, encarna el compañero de juegos ideal para un niño, siempre y cuando este último respete los límites del felino y entienda lo que quieren decir los gestos de su lenguaje corporal.

Al poseer una gran dosis de energía, el Sokoke no es un compañero idóneo para una persona mayor o que lleve un modo de vida sedentario, ya que necesita de muchos estímulos físicos para ser feliz.