Robin Seplut salió, como otro día cualquiera, a dar un paseo por su zona para cumplir una misión especial.
Este hombre ayuda a diario a los gatos abandonados, ya sean callejeros o salvajes, de su barrio. Así que suele salir para alimentarles y tenderles su mano.
Una criatura en medio de la carretera
Pero cuál fue su sorpresa aquel verano de 2017 cuando, caminando por unas calles cerca del bosque, comenzó a escuchar un llanto.
El animal estaba hecho un ovillo y sin moverse. Robin no lo dudó ni un momento y le ofreció un táper de comida.
Con el estómago vacío
No se sabe el tiempo que llevaría sin comer, pero a juzgar por el vídeo y por las ganas con las que se lo come todo, se intuye que el pequeño llevaba tiempo sin alimentarse. ¡Hasta se le ve más contento!
Al parecer, el gatito había sido abandonado en la calle, y tuvo la mala suerte de sufrir también el rechazo de los demás gatos de la zona.
Por suerte, para esta belleza de ojos azules y pelaje negro, Robin se cruzó en su camino: a los 20 minutos de colgar el vídeo en su canal de YouTube, una mujer acudió a la zona para adoptarlo.