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gatita bulto en la cara

Gatita con un bulto en su cara

© Instagram / Unwanted NYC Pets

Todos apartaban la mirada al ver el bulto de su cara: ¡hoy está guapísima!

La redacción

Publicado el

Un tumor canceroso le está causando una distorsión en el hocico de esta gata. Consecuencia de su físico, nadie quiere adoptarla. Sus cuidadores no cesan de buscarle una familia a su altura. 

 

La historia de Keta salió a la luz en el año 2016. Fecha en la que esta gatita fue trasladada a un refugio de Nueva York donde los responsables de la asociación hicieron un triste diagnóstico sobre su estado de salud nada más verla: tenía un cáncer en la boca.

A simple vista, la única solución parecía ser la eutanasia.

Sin embargo, algunos voluntarios del refugio se negaron a bajar los brazos y decidieron luchar por ella. Hoy en día, Keta está hermosa y tiene una vida de ensueño. 

Demasiado fea para ser amada

Las lesiones que el tumor maligno causaban en el hocico de Keta, una gata que en aquel momento solo tenía un año de edad, hacían que todas las personas que visitaban el refugio apartaran su vista de ella. 

El tumor tenía el tamaño de una pelota de béisbol e iba deformando poco a poco todo el lado derecho de la cara de Keta, además de causarle un gran dolor. 

El aspecto de la gata no la ayudaba a encontrar una familia. Nadie quería adoptarla. Y para más inri: el refugio estaba superpoblado y el nombre de Keta se encontraba en la lista de espera para la eutanasia.

Afortunadamente, los activistas de la organización por la defensa de los animales Unwanted NYC Pets de Nueva York se interesaron por la gatita. Sin un minuto que perder, la fueron a buscar al refugio en el que se encontraba y decidieron hacer todo lo posible por ayudarla.

La solución fue operar el tumor. No obstante, los veterinarios temían que la operación pudiera provocar que el hocico de la gatita se deformase aún más e incluso llegara a perder un ojo. 

Pero el destino comenzó a favorecer a Keta. La operación fue un éxito, no hubo complicaciones y la gatita se recuperó por completo. En cuestión de semanas, el aspecto físico de Keta había cambiado. Ella se había convertido en una gata hermosa. 

Tras la intervención quirúrgica, no pasó mucho tiempo hasta que Keta consiguió su ansiado hogar. 

La familia que la acogió en su seno dejó al margen la enfermedad de la gatita, pues lo único que querían era darle todo el amor, los cuidados, el cariño y el respeto que Keta merecía. Nada más. 

 

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