En la página de Facebook I Love Veterinary Medicine compartieron una historia que pone los pelos de punta. Su protagonista: un perro un tanto glotón.
Tras volver de la guardería, el cánido vomitó en reiteradas ocasiones en su hogar. Alertado por su comportamiento, su cuidador decidió llevarlo al veterinario inmediatamente. Una vez en la clínica le hicieron una radiografía que dejó a los presentes sin palabras.
La radiografía pone los pelos de punta
Cuando el perro, de raza labrador retriever, llegó al veterinario, sus propietarios estaban muy preocupados por él porque no había parado de vomitar desde que puso sus patas en casa.
Según comentó la veterinaria Mariah Alexander, el labrador había estado vomitando desde que llegó de la guardería. Este hecho alertó a la profesional que no dudó en hacerle una radiografía de urgencia al animal.
Acto seguido, Alexander se quedó con los ojos como platos tras comprobar el resultado de la prueba: ''Los radios nos dejaron boquiabiertos mientras intentábamos adivinar qué podía ser. Inmediatamente, le hicimos una exploración y supimos que eran ¡juguetes de goma!''
A las pruebas nos remitimos:
Las imágenes no mienten y los juguetes estaban intactos. Al contrario que el perro, sufría vómitos y malestar general que remitió tras sacarle los muñecos de su vientre.
Actualmente, el perro se encuentra bien.
El caso no dejó indiferente a la veterinaria ni a sus colegas que no dudaron en dejar su opinión en este grupo especializado de Facebook. ''No volvería a confiar en ese cuidador de perros. Me alegro de que el perro esté bien'', aseguró un seguidor. Mientras que otra subrayó que a su mascota le había pasado exactamente lo mismo, se había tragado esos mismos juguetes:
''Esta es la bulldog inglés/bóxer de mi marido. Ella hizo lo mismo con los mismos juguetes. De hecho, la vi tragarse el último. No sabíamos si se había tragado todos los otros. Por suerte, conseguimos que los escupiese''.