Inma Cuesta emociona a miles de personas con su última publicación en Instagram. La actriz aparece en una imagen junto a Rumba, su perra abuela que ya calza los 17 años de edad.
En el texto que acompaña a la imagen, Inma Cuesta reflexiona sobre la realidad de los perros ancianos, una etapa llena de achaques y también de una ternura infinita. Su mensaje es un recordatorio poderoso del compromiso y la responsabilidad que implica compartir la vida con un animal.
"Está viejita y llena de achaques": el mensaje de Inma Cuesta que remueve
Inma Cuesta comparte con sus seguidores que Rumba está viviendo una etapa delicada: "Se desorienta, no oye ni ve bien y me busca pidiendo consuelo".
En pocas líneas consigue transmitir esa mezcla tan familiar para quienes conviven con un perro mayor: la preocupación diaria, la paciencia infinita y, sobre todo, ese vínculo profundo que se vuelve todavía más fuerte cuando la vejez llega.
Rumba necesita ahora atención constante, una manta calentita, mimos… y, como dice Inma, simplemente su presencia. Esa forma de pedir consuelo que solo entienden quienes han sentido unos pasos diminutos siguiéndoles durante una vida entera.
Los perros mayores no son un estorbo
En su reflexión, Inma Cuesta recuerda el caso reciente de un perro de 15 años cuya familia decidió entregarlo a una protectora porque "se hacía pis por todas partes". Un gesto que, según explica, le partió el corazón y la llevó a pensar en Rumba, que ya está en esa misma fase de fragilidad y dependencia.
Su mensaje pone palabras a lo que muchas protectoras repiten: los perros mayores no son un estorbo, y abandonarlos en la etapa más vulnerable de sus vidas es profundamente injusto.
La actriz lo resume con una frase que está siendo muy compartida:
Tomar la decisión de que un perro forme parte de nuestra familia debe hacerse con conciencia, amor y respeto, porque con suerte nos acompañarán muchos años".
La importancia de acompañar la vejez de nuestros animales
La publicación sobre Rumba abre una conversación necesaria: ¿estamos preparados para cuidar a nuestros animales cuando envejecen? Inma Cuesta señala que el compromiso no se termina cuando aparecen los achaques, sino que se hace aún más grande.
La foto de ambas, tranquila y serena, es un recordatorio de que la vejez también puede ser un tiempo de conexión profunda. De quienes entran en casa buscándote a tientas, pero con la seguridad de que siempre estarás ahí.