Michael Hubank, un ciudadano de Londres, se enteró hace tiempo de que su vecino vendía su casa. El londinense no pudo resistirse a buscar la casa por Internet.
Según Hubank, ojeó las fotos del anuncio para estar al día de los precios del mercado, sin saber que una de las fotos contenía algo que era suyo.
La foto número trece llevaba sorpresa...
Y así, fue pasando las fotos del interior de la casa cuando de repente ¡descubrió en ellas algo que no esperaba!
¡Resulta que su querido gato Freddy estaba echándose la siesta en casa del vecino!
Pillado in fraganti
Ahí estaba su gato anaranjado, tan pancho en la foto número trece, tumbado en la cama de uno de los dormitorios de los niños. Michael no tenía ni idea de las aventuras de su gato, aunque por fin entendió por qué su Freddy desaparecía tantas horas al día...
Ahora, ¿quién sabe si Freddy seguirá yendo a echarse la siesta con los nuevos vecinos?