Cuando una fuerte tormenta eléctrica azotó la ciudad donde vive Sydney Horvath en mayo del año pasado, lo primero en lo que pensó fue en su gallinero.
Y con razón, ya que las gallinas hacían mucho ruido, como si algo anduviera mal en el corral.
Pequeños intrusos
El esposo de Sidney, quien entró primero en el gallinero, confirmó su peor temor: allí había algo o alguien.
Los gatitos estaban asustados y no querían que los molestaran.
Sydney notó de inmediato que la camada tenía el vientre redondo y narices húmedas. Pensó, por tanto, que su madre no debía de estar muy lejos.
Una matriarca muy peluda
Después, la gata llegó para cuidar a sus seis pequeños, a los que decidió criar en el corral junto a las gallinas.
Semanas más tarde, los gatitos comenzaron a seguir a las gallinas. Durante ese período, su madre decidió sacarlos de la granja, a un lugar que Sydney y su esposo ya no pudieron encontrar.
Toda la familia espera en secreto volver a ver a los gatitos algún día y saber qué fue de ellos. ¡Esperemos que estén a salvo!