¡Queremos más personas así! La vida ya es demasiado cruel a veces como para que los humanos la hagamos aún más espantosa.
Un individuo puede abandonar a un perro en la calle y otro cualquiera puede pasar de largo y mirar hacia otro lado a sabiendas de la injusticia tan horrible que se ha cometido con ese animal.
Un pequeño acto para el hombre...
Quizás ese defecto, ese desacierto, esa imperfección constante es la que nos hace humanos, pero tenemos una gran capacidad para ser mejores, porque un pequeño gesto de bondad en mitad de tanta barbarie es lo que nos hace recuperar la fe en las personas.
El vídeo que te mostramos sobre estas líneas fue captado por una cámara de seguridad. Las imágenes fueron grabadas el 15 de agosto de 2020.
Desconocemos su procedencia, pero es la última prueba que nos dice que en algún lugar del mundo sigue existiendo amor dentro del corazón. Y con eso nos basta por hoy.
Un motivo de esperanza para la humanidad
En la grabación vemos a un perro callejero durmiendo sobre el suelo. Únicamente una fina manta le separa de la gelidez del acerado. Tiene frío y se acurruca en una esquina como puede.
De repente, un joven que pasa por allí observa al animal y, sin pensarlo, decide recoger una manta tirada en la carretera.
Su única finalidad es echársela por encima al perro, no sin antes acariciarle la cabeza con cariño y ofrecerle el pequeño amor que una persona puede aportar en una situación tan casual.
El perro recibe las caricias con agrado y acepta el presente. Incluso admite que le arropen (aunque ya sabemos que a algunos perros no les gusta eso de ser arropados), y finalmente le vemos mirar con ternura a ese humano mientras se aleja.
El vídeo es la prueba evidente que un pequeño acto de amor o solidaridad puede significar todo para un animal cuando no tiene nada en absoluto en el mundo.
El perro no ha valorado la manta, ha valorado que alguien se haya preocupado por él. Y eso, además de gustarnos, nos encoge el corazón.