Un gatito sentado en un charco de gasolina
Este gatito, que por aquellos entonces solo tenía 6 semanas, se encontraba en un pésimo estado de salud cuando Rose y su pareja lo encontraron en una gasolinera de Luisiana en octubre de 2017.
El minino, que fue hallado impregnado en gasolina, tenía dificultades para respirar cuando la pareja se topó con él. No tardaron en decidir que se lo llevarían a casa con ellos.
Durante las primeras dos noches, Rose se quedó a su lado, cuidándolo y haciéndole compañía. El gatito no quería estar solo y maullaba para pedir afecto.
Con mucha paciencia, la mujer logró que sintiera seguro y amado. Tras varios días casi en vela, el pequeño recuperó por completo su salud.
Su pelaje áspero se volvió dulce. Podía ver mucho mejor y sus orejas comenzaron a levantarse. Andy -así lo bautizaron- se volvió muy apegado a su salvadora, acurrucándose con ella todas las noches.
Su salvadora también sufrió el abandono
Una curiosa casualidad -o el destino-, unió a felino y humana. Y es que, Andy fue encontrado a pocos kilómetros del lugar en donde nació Rose y, al igual que Andy, la mujer fue abandonada: "Fui abandonada al nacer en Luisiana, y resulta que lo encontré mientras viajábamos a unas 2 kilómetros de donde nací", contó la joven; y añadió: "Sé que somos almas gemelas. Lo rescaté de un charco de gasolina y él me rescató de la soledad",