Sam Felstead, de 42 años, se despertó sudando por la noche, incapaz de mover ni un solo músculo de su cuerpo. No sabía qué podía estar sucediendo, ya que horas antes estaba paseando tan normal a sus perros en la calle.
Ocurrió el pasado 8 de agosto en Nottinghamshire, Inglaterra. El desconcierto y el miedo de Sam fueron a más por la actuación de su gato. Estaba acostado sobre ella y sin parar de maullar en sus oídos, algo que Billy no suele hacer.
Su gato le salva de un infarto
La insistencia del gato saltando en su pecho le hizo reaccionar por fin y pedir ayuda para llevarla al hospital: estaba sufriendo un infarto. Hospitalizada durante tres días, se sometió a una angioplastia antes de poder volver a casa.
Los médicos aseguraron que llegó a tiempo al hospital para salvarse de ese ataque al corazón y todo gracias a su gato.
“Creo que me salvó la vida y también lo hicieron todos los demás a mi alrededor”, dijo a la BBC.
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