La afinidad culinaria entre perros y sus propietarios puede acarrear consecuencias adversas. Por eso siempre recomendamos informarse antes de dar algún alimento a las mascotas.
Lo cierto es que no siempre podemos estar atentos a lo que hace nuestro perro y pueden ocurrir accidentes como el de esta historia.
El pasado 27 de mayo, en Edimburgo, el dueño de un perro notó que su mascota estaba mareada. El perro, llamado Bailey, había sido visto oliendo un contenedor en el que había restos de una barbacoa.
El perro enferma
Más tarde, Bailey comenzó a vomitar. Su dueño vio que había restos de lo que parecía ser una mazorca de maíz. Al principio no se preocupó demasiado, porque el perro seguía actuando con normalidad: caminaba y saltaba como siempre.
Pero en los días siguientes, el perro siguió estando enfermo. Entonces su amo llamó urgentemente al veterinario.
Un peligro mortal
En la tomografía se podía ver un gran trozo de mazorca de maíz atascado en sus intestinos. Si no lo sacaban lo antes posible, Bailey moriría.
Afortunadamente, la operación, que duró 4 horas, fue un éxito y la pieza se retiró sin incidentes. Días después, Bailey recibió atención posoperatoria y el pasado 12 de junio, ¡Bailey recibió el visto bueno para irse a casa!
En esta temporada de reuniones y barbacoas, el amo de Bailey quiso concienciar a otros dueños de perros sobre este peligro cotidiano. ¡Así que mucha atención!