La desaparición de Émile conmocionó a Francia el pasado 8 de julio de 2023. El pequeño de dos años y medio estaba en casa de sus abuelos en Haut-Vernet, situado en la zona francesa de Alpes-de-Haute-Provence.
Al poco de su desaparición, un vecino aseguró haber visto al niño en las inmediaciones del lugar. Sin embargo, no se tuvieron más pistas que ayudaran a localizarlo. Durante este tiempo, muchos se preguntaron cómo era posible que los perros de búsqueda no encontraran el cuerpo.
El 30 de marzo de 2024 apareció lo que podría ser una primera pista después de 8 meses. Un excursionista encontró unos restos óseos cerca de donde se vio al niño por última vez.
¿Por qué los perros no encontraron a Émile?
El fiscal Jean-Luc Blachon explicó en rueda de prensa que posiblemente el calor afectó al olfato de los perros rastreadores y que éstos no pudieron buscar con precisión en la zona donde se localizaron el cráneo y la ropa del niño.
Según expertos del Centro Nacional de Instrucción Canina de la Policía Local francesa y un especialista en olfato humano, el calor, el terreno y la complejidad de los olores que había que detectar pudieron contribuir al fracaso de la búsqueda.
Aunque el fracaso de las búsquedas suscita muchos interrogantes, las autoridades subrayan que la investigación sobre la muerte de Émile sigue su curso y que se está haciendo todo lo posible por averiguar la verdad.