Ana Frank es una de las figuras más famosas de la Segunda Guerra Mundial. Su diario, el Diario de Ana Frank, ofrece una visión única y conmovedora de la vida durante esta era oscura de nuestra historia.
Pero mucha gente no sabe que Ana también tenía un gato llamado Moortje. Este gato jugó un papel importante en su vida, especialmente durante la época en que la joven tuvo que esconderse.
¿Ana Frank tenía un gato?
La familia Frank era de origen judío y vivía en Frankfurt antes de mudarse a Ámsterdam para escapar de las crecientes leyes antijudías en Alemania.
Además de ser animales de compañía, los gatos también servían para fines prácticos, como cazar ratones. El amor de Anne por los animales nos ha llegado a través de su relación con Moortje.
Moortje: más que una simple "mascota" para Ana Frank
Antes de trasladarse a su escondite, Ana llevaba una vida relativamente normal. Pasaba sus días con amigos, iba a la escuela y disfrutaba del tiempo con su familia.
En aquellos días de felicidad, Moortje jugó un papel importante en la vida de la pequeña. Anne tomaba a menudo fotografías de Moortje, que luego colgaba en su habitación.
Algunas noches, la familia se sentaba junta en el salón, con Moortje siempre sentada al lado de Anne.
Ana Frank tuvo que dejar a Moortje en Ámsterdam
En 1942, cuando el peligro para los judíos en Ámsterdam se hizo insostenible, la familia Frank se vio obligada a esconderse en el famoso "anexo secreto".
Para Anne, la despedida de Moortje fue una de las partes más dolorosas de su transición a la clandestinidad. En su diario, Anne a menudo expresaba su profunda tristeza y culpa por haber dejado atrás a su amado gato.
La imposibilidad de llevar a Moortje con ellos al escondite era evidente; esconder a un animal en esas circunstancias habría sido demasiado arriesgado y complicado.
Su culpa y pena por dejar a Moortje reflejan una humanidad profunda, incluso en las circunstancias más inhumanas.
¿Qué pasó con Moortje después de la guerra?
Después del trágico fin de la familia Frank, el destino de Moortje quedó envuelto en misterio durante mucho tiempo.
Algunos vecinos de la familia Frank recuerdan haber cuidado a Moortje durante la guerra. Los informes sugieren que, tras el arresto de los Frank, los vecinos pudieron haber asumido la responsabilidad del gato.
Moortje, en este contexto, representa la conexión emocional y afectiva que los animales pueden ofrecer, incluso en los momentos más oscuros de la historia.