Betsy es una maestra que lleva una década rescatando gatos callejeros en el área de New Milford, Connecticut.
Por ello, acostumbrada a recibir llamadas de ayuda de refugios y asociaciones, no le extrañó recibir en mensaje que le llegó al móvil.
Un nuevo rescate
Cuando Betsy logró capturar a una gata y a su camada de dos gatitos de seis semanas con ayuda de unas trampas, enseguida se dio cuenta de que aquel rescate era diferente.
Tan pronto como se autorizó su adopción, la familia O'Neill fue al refugio a recoger a los gatitos, que llamaron Padmé y Aayla.
Un nuevo comienzo
Padmé y Aayla pronto se adaptaron al hogar de los O'Neill. Aunque Aayla era tranquila, Padmé estaba llena de energía, y no paraba de saltar por toda la casa, desde encima del perro hasta por el frigorífico y las puertas.
Para ayudarla a liberar su energía, Reilly intentó pasearla con un arnés, pero las cosas no salieron como esperaba.
Un segundo rescate
Al salir al patio, Padmé entró en pánico, se soltó del arnés y salió pitando.
Finalmente, tras 40 días, Padmé fue vista por una cámara de seguridad, lo que permitió a la familia acudir al lugar y atraerla hasta una jaula con snacks.
Al día siguiente, la gatita fue examinada por un veterinario, quien pudo confirmar que el pequeño animal se encontraba en buen estado de salud.
Afortunadamente, ¡todo se quedó en un susto!