Cuando el personal del refugio de animales acogió al perro, notaron algo inusual de inmediato: el animal mantenía la cabeza visiblemente inclinada. ¿Se trataba quizás de una infección de oído o de un problema ortopédico?
Sin embargo, al acariciarlo, una de las cuidadoras notó un bulto duro en el lateral, detrás de la oreja. Su intuición le decía que algo no iba bien.
El veterinario, en shock
Para llegar al fondo del asunto, se le hizo una radiografía al perro en la clínica veterinaria, y lo que revelaron los resultados dejó a todos los presentes sin aliento.
Se trataba claramente de un proyectil, como pudo confirmar el veterinario.
Un gran desconcierto
El suceso fue publicado en el grupo de Facebook "I Love Veterinary Medicine" el pasado 14 de septiembre de 2024.
En los comentarios, un usuario ofreció una evaluación más precisa: "Proyectil CCI del 22 Magnum desde una distancia aproximada de unos 50 metros."
En numerosos comentarios, se puede leer que perros con heridas similares aparecieron también en varias clínicas de la zona.
Operación con final feliz
En este caso, por suerte, hubo un final feliz. La bala se pudo extraer con éxito.
Solo cabe esperar que, desde entonces, el perro haya encontrado la familia de adopción que se merece.