El escenario está listo, el público aplaude con entusiasmo y en la pasarela se presentan los candidatos más inusuales que uno pueda imaginar.
Desde los años 70, en Santa Rosa, Carolina del Norte, se celebra el concurso "World's Ugliest Dog" (El perro más feo del mundo), y este año, una participante muy especial ha batido todos los récords.
Petunia, una mezcla de bulldog de dos años, ha impresionado tanto al jurado con sus patas cortas, sus característicos ojos saltones y su cara arrugada, que fue elegida ganadora por unanimidad.
Triunfo para Petunia
Su cuidadora, Shannon Nyman, de Oregón, apenas puede creer su suerte. Con los ojos repletos de orgullo, ha recogido el premio de 5 000 dólares (unos 4 300 euros): "Para mí, Petunia es el ser más hermoso del mundo", declara, visiblemente emocionada.
El premio estuvo reñido: Jinny Lu, un pug de cinco años con la lengua colgando, consiguió el segundo puesto, premiado con 3 000 dólares. Para él ya era el segundo intento; en 2023 se fue con las manos vacías.
El tercer lugar fue para Poppy, un perro crestado chino de siete años con mucha piel desnuda y pocos mechones de pelo blanco, que se llevó 2 000 dólares a casa.

Más que un concurso de belleza
Pero, más allá del premio, lo más importante para todos los involucrados y participantes es el mensaje asociado a este título.
"No se trata de burlarse de estos perros", enfatizan los organizadores. "Más bien, queremos resaltar sus lados adorables y hermosos", aclaran.

Y es que muchos de los participantes provienen de refugios de animales y han pasado por momentos difíciles.
El ganador del año anterior, Wild Thang, un pequinés con un peinado alborotado, se había infectado de cachorro con el virus del moquillo y había sufrido deformaciones físicas. Su historia conmovió a millones hasta las lágrimas y demostró que la verdadera belleza viene del interior.
Un mensaje de amor
Para Petunia, la victoria es solo el comienzo. Junto con su cuidadora, Shannon, volará a Nueva York, donde será presentada en el programa matutino de la NBC.
El objetivo de los organizadores es crear a un perro que lo ha pasado mal en una estrella mediática y en un símbolo para todos los animales "diferentes" en el mundo.
Se convierte así en embajadora del mensaje central del concurso: todo perro es hermoso a su manera y se merece un hogar, más allá de su aspecto.