En 1999, Ann y Wally Collito, que viven en Massachusetts (Estados Unidos), comprobaron que un gatito blanco y negro paseaba por su jardín como Pedro por su casa. El pobre gato parecía abandonado y necesitaba ayuda para sobrevivir.
En un primer momento, la pareja pensaba que la madre del felino volvería y, por eso; no le prestaron demasiada atención.
Pero después de varios días, el gatito seguía en el patio. No se había movido de allí. Fue en ese momento cuando la pareja de ancianos se dio cuenta de que el gato estaba solo en la vida.
Un protector tan especial como peligroso
Los abuelos enseguida pudieron ver con sus propios ojos que el felino de tres meses tenía un amigo muy especial: un enorme cuervo.
Los Collito estaba muy preocupados porque pensaban que el pájaro terminaría atacando y dañando al gatito pero nunca hizo algo semejante. La pareja no tardó en darse cuenta de que el gato y el cuervo se habían vuelto inseparables.
La mujer comenzó a preocuparse mucho por el gato y le ofreció de comer sin éxito. Al parecer, el felino no tenía hambre porque el cuervo se encargaba de llevarle comida regularmente. El ave recogía cosas del jardín y las depositaba en la boca del gatito.
Una hermosa amistad
Ann y Wally Collito se ganaron rápidamente la confianza de los dos amigos y la gatita -rebautizada como Cassie- aceptó dormir en su casa por la noche. Por otro lado, el cuervo -llamado Moisés- solía llamar a su ventana cada mañana.
Entonces, una mañana, Moisés no llamó a la puerta. Se fue, como si supiera que Cassie ya no necesitaba su ayuda. En cuanto a Cassie, falleció en diciembre de 2014 rodeada de su familia.
En 2011 se escribió un libro para rendir tributo a hermosa y sorprendente amistad. Nosotros hoy te hacemos un resumen de todo en vídeo. ¡A disfrutarlo!