Corría el verano de 2018. Como cualquier día, Carroll-Kirchoff puso una lavadora. Nada extraordinario hay en ello, salvo que siempre que pone la colada ella se asegura de que ninguno de sus tres minimos esté en el interior, echándose un sueño con la ropa sucia.
Un accidente estremecedor
Bueno... esta última vez se le olvidó supervisar esto. Y pasó lo que nunca tenía que haber pasado. Casi 40 minutos después, cuando la lavadora terminó su ciclo, se acercó para sacar la ropa y tenderla. Y al abrir el tambor divisó el rabo blanco de uno de sus gatos. Se le heló la sangre.
De alguna manera, Felix, un gato recogido de la calle de solo un año, se había colado en el interior y había pasado desapercibido para su compañera humana. Cuando sacó al animal todavía estaba con un hilo de vida, pero agonizaba. Inmediatamente, llamó a su padre -ella no conduce- y llevaron al animal a la Clínica Referral Center de Minnesota (EEUU).
Las siete vidas de un gato
Increíblemente, Felix sobrevivió, aunque sus secuelas son grandes. Perdió una gran cantidad de visión por culpa del jabón y los productos químicos, y pasó una neumonía. Estuvo varios días en observación y con oxígeno asistido.
“Nunca me perdonaré el descuido, he estado en shock durante varios días”, reconoció su mamá humana. “No olvidaré este accidente el resto de mi vida”.
La factura veterinaria fue, además, enorme. Y Carroll-Kirchof abrió en GoFundMe una campaña para ayudar a pagar toda la atención clínica (¡alrededor de 7.000 dólares!).
Un descuido que no olvidará
Ella trabaja en una peluquería de mascotas y lleva viviendo con gatos 11 años. También es voluntaria en un centro de rehabilitación de fauna silvestre. “Este suceso me ha dado más fuerza para luchar por los animales durante el resto de mi vida”, sentenció.