Son muchas las personas que sienten un dolor inmenso al perder a su perro o gato. Les quieren con locura y se han ido de sus vidas.
Además, no se mueren de forma natural. Te toca llevarlo al veterinario para que… les duerman. "Ha llegado el momento de tomar una de las decisiones más difíciles", dice Patricia Caeiros, una joven portuguesa que tuvo que despedirse de su perra, con la que vivió durante 17 años y medio.
La dura decisión: decirle adiós a tu perro
Su perra Lady había dejado de comer, no interactuaba, no podía levantarse, tenía muchos dolores y tenía una úlcera ocular que empeoraba. "Consideramos que la cirugía sería hacerle pasar días muy dolorosos antes del final de su vida, y la posibilidad de morir en una mesa quirúrgica sería demasiado fría después de todo lo que nos dio".
Por eso optaron por la eutanasia, para darle una muerte tranquila y en familia.
En ese momento, en julio de 2015, estaba de vacaciones en la casa familiar en la Costa Alentejana. "Fue muy difícil tener que lidiar con esa decisión todo el día. Por otro lado, también nos dio tiempo a cada uno de nosotros para despedirnos", relata Patricia en declaraciones al periódico Público de Portugal en un reportaje para acercar más este duelo.
La duración del luto por la pérdida de un animal puede ser similar a la pérdida de una persona".
Con este reportaje, el diario portugués pretende mostrar que lidiar con la pérdida de un animal de compañía puede ser tan difícil o más que lidiar con la pérdida de un amigo o familiar.
Así lo corroboran Miguel Barbosa, un psicólogo clínico, y Ricardo R. Santos, biólogo, del Núcleo Académico de Estudios e Intervención en el Luto, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa:
Tanto los estudios cualitativos como los cuantitativos demuestran que la intensidad y la duración del luto por la pérdida de un animal puede ser similar a la pérdida de una persona".
El problema en el duelo con un perro o un gato es lo poco reconocido que está por la sociedad.
"Es común que las personas sientan que su sufrimiento no está legitimado por los demás y tienen que lidiar con comentarios que lo devalúan y el significado que el animal representó en sus vidas". Y escucharás frases como "era solo un perro", por ejemplo, que se clavarán en el alma.
"Era solo un perro, ¿por qué lloras?"
Estos expertos en el luto, en superar duelos por la pérdida de un ser querido, apuestan por la formación. Desde el veterinario hasta el familiar más cercano para concienciar sobre ello.
La "inversión afectiva" y el significado del animal en la vida del cuidador son dos de los factores que pueden contribuir a la intensidad del duelo. Incluso el "sentimiento de culpa asociado con la decisión de la eutanasia”.
También participó en este reportaje una veterinaria especializada en gatos, Patricia Pimienta. "Cuando se trabaja en una clínica u hospital veterinario, la eutanasia es un proceso rutinario, casi diario. Me dijeron que me acostumbraría. Pero creo que se está volviendo más difícil. Hay más y más recuerdos que están apareciendo".
Patricia se toma con calma la despedida, especialmente si hay niños o si hay alguien que aún no se ha despedido del animal. Muy pocas personas no quieren estar presentes.
Antes de la inyección letal, Patricia tranquiliza al animal y le da unos minutos más a sus dueños para que se despidan. Una vez más, solos. "La mayoría de la gente está esperando que el gato se duerma pronto y eso no es lo que sucede”.
"Los veterinarios y enfermeras veterinarias ya no tratan solo con el componente clínico, sino también con los sentimientos de los humanos. Y no están formados para esto", dicen Miguel Barbosa y Ricardo R. Santos.
Además de la formación, Patricia Pimienta sugiere la creación de una línea de apoyo anónima, tal como existe en Edimburgo donde trabaja ahora.
"La mayoría de las veces, la gente solo necesita hablar". Y es que ese perro o gato te ha dado los mejores años de su vida, te ha enseñado una forma de amar diferente y solo quieres aliviar ese dolor para tener el mejor recuerdo.