Los gatos son animales independientes que, a pesar de haber sido domesticados, no son tan apegados a las personas como los perros y no demuestran su amor tan fácilmente.
Por esta razón, no es extraño encontrarse a más de un amante de los felinos que hará de todo para que su minino se sienta cómodo y feliz.
Monarcas felinos
Al mismo tiempo, hay muchos mininos que aprovechan esta situación para poco a poco convertirse en los reyes de la casa.
Si quieres saber si el tuyo es un pequeño tirano en acción, pon atención a estas cinco señales:
1. Te "habla" todo el tiempo
El maullido es una forma de comunicación desarrollada por los gatos para comunicarse especialmente con los humanos.
Hay distintos tipos de maullidos con diferentes propósitos, pero algunos son para exigir comida, agua e incluso solo para llamar tu atención porque se sienten solos o aburridos.
Algunos gatos se dan cuenta de que sus dueños responden rápidamente a estas señales y no dudarán ni en segundo en exigir que se cumplan todos sus caprichos.
2. Adiós a las puertas cerradas
Cuando un minino siente que la casa es parte de su territorio no aceptará que se le pongan obstáculos, por lo que será muy común escuchar maullidos de enojo por una puerta cerrada.
Los dueños consentidores saben esto muy bien y ya se han hecho a la idea de que la mayoría de las puertas solo están de adorno.
3. Trae unos kilos de más
Un gato bien cuidado comerá sanamente de forma rutinaria, pero un gato consentido jamás pasará hambre, pues al menor maullido su platito estará lleno.
Aunque hay que tener cuidado, porque los gatos no saben regular su ingesta de alimento y eso les pueda causar sobrepeso.
No olvides hacer visitas regulares al veterinario para verificar que tu gatito tenga buena salud, aunque esté un poco gordito.
4. Le gusta dormir en la cama
A muchos gatos les gusta dormir en las suaves camas de sus humanos, en especial a los más mimados.
Todo dueño consentidor de gatos despertará más de una mañana con dolor de espalda por dormir torcido para no aplastar al gato.
5. Un gato feliz
En realidad, no hay nada de malo en tener a un gato consentido, porque también será un gato feliz.
Solo recuerda consentirlo tanto como se pueda siempre y cuando no perjudiques su vida o la tuya.
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