Su perro de dos años, lleno de energía y vitalidad, de repente mostraba un cambio de actitud: lucía decaído y con un comportamiento extraño.
La preocupación por Ham, de raza pug, era inevitable, así que su familia lo llevó de inmediato al veterinario: la radiografía les dejó atónitos.
Un objeto muy común
El cambio del perro tenía explicación: Ham se había tragado una cantidad considerable de gomas del pelo, por lo que tuvieron que someterle a una cirugía de emergencia.
El veterinario se quedó estupefacto al descubrir que en el estómago del perro había unas 50 gomas para el pelo, con un peso total de 200 gramos. Y eso que el carlino tan solo pesa 6 kilos.
El veterinario celebró la rápida reacción de la familia al buscar ayuda de inmediato. Por suerte, Ham se recuperó por completo.
Su familia ahora le vigila más de cerca, agradecida por la pronta intervención del veterinario.