Los paseantes que se cruzan con Milly y Bess siempre se muestran muy admirados.
De hecho, la mujer ya se ha acostumbrado a que todos le pregunten de qué cruce proviene su perra.
Un estilo fuera de lo común
La perra tiene las marcas clásicas de un husky, con un pelaje largo, y las orejas caídas propias del golden retriever.
Según el sitio web del refugio, Milly sabía que la perra era un cruce de retriever, pero el color del pelaje indicaba que probablemente también provenía de un husky. Por ello, decidió hacerle una prueba de ADN para salir de dudas.
Un resultado muy claro
Cuando llegaron los resultados, descubrieron que efectivamente Bess era 50 % golden, mientras que el resto del ADN estaba compuesto por husky siberiano y un pequeño porcentaje de border collie.
En los comentarios, los internautas estaban encantados con la apariencia atípica de Bess:
"¡Guau! ¡Es preciosa! Esas marcas y esa carita", señaló un usuario hace un mes. Otro añadió: "Qué monada. 50 % Golden, 50 % Husky, 110 % monada".
Más allá de su aspecto, Bess es una perra encantadora. Ha heredado las típicas "vocalizaciones" del husky para comunicarse con su familia y tiene por costumbre mover la cola de alegría en cuanto ve a un desconocido.